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Carlos Fernández-Pello | Retrospectiva

Retrospectiva es la tercera exposición individual de Carlos Fernández-Pello (Madrid, 1985) en garcía | galería. El título plantea un doble juego: por un lado presenta obra antigua a la manera de una exposición retrospectiva, ironizando sobre el final de la carrera artística siquiera antes de empezarla; por otro propone desde la ruina una ecología de la novedad, ensayando una continuidad inagotable entre las formas de imaginación y las formas de la materia.

La exposición se articula nuevamente en torno a dos apoyaturas: dos Estructuras para hablar sentado, de pie, derivadas de unos bancos de sala que nunca se usaron y que derivan a su vez de las réplicas que hizo el artista de la Struttura per parlare in piedi de Michelangelo Pistoletto, expuestas en la primera exposición de 2015. Desde ellas se accede a una serie de viñetas grabadas sobre tableros de densidad media que relatan escenas del pasado, el presente y el futuro de la exposición dando a entender que toda obra es la suma de sus universos paralelos, como sucede en los cómics de Marvel. Aparece así un busto del 2005, camuflado como una obra actual con plumas que el artista usó en 2016. O copias pobres de escayola de un dedo de bronce, aglutinadas como una columna de ocho extremidades. También una maqueta del futuro monumento al juicio sobre la ruina del antiguo monumento al juicio. Y un display para ágatas hecho de ágata. Todo ello con el fin de provocar un tiempo simultáneo, circular, en claro homenaje al cuarto capítulo de Watchmen, “The Watchmaker”.

Como en los collages de la serie Teleplastia (2012-13) la exposición se vuelve otra vez sujeto de sí misma y en ese pliegue crea un hueco, una mancha, un punto ciego o un material nocturno. Al doblarse sobre sí se produce un relieve, o algo así como un sujeto en el objeto: algo que escapa a la imagen sólo para volver a ella. La retrospectiva es entonces un mirar desde la imagen más pobre, un laberinto de gesto sobre gesto en el que la originalidad de las obras  esta hecha de “samples” y la legitimidad del arte emana de la farsa de la repetición infinita. Igual que esta nota de prensa.

Cuando nos rascamos, eliminamos el picor por medio de más sensación: saturamos la imagen de la molestia de sí misma. Rascarse activa la parte del córtex asociada a la memoria a corto plazo y sin embargo aún no hay una respuesta a por qué saturar de sensación ayuda a olvidar la molestia. El picor es, con todo, la manifestación consciente y exagerada del cuerpo imaginando una de sus partes y esta es la relación que mantiene Fernández-Pello con su práctica. El arte como una trampa que se atrapa a sí misma en su deseo. Masturbándose hasta la asemia en una época que demanda hacerlo todo con sentido.

Carlos Fernández-Pello (Madrid 1985) es artista, comisario y profesor, compaginando la docencia con la producción audiovisual, la escritura o el bricolaje. Como investigador doctor ha trabajado para la Facultad de Bellas Artes de la UCM, ha sido visiting scholar de la School of the Art Institute de Chicago y ha sido residente en Hangar Lisboa. Es autor del libro Sabor Parcial (Universidad Complutense 2017).