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Carlos Fernández-Pello | Retrospectiva

“Retrospectiva” es la primera exposición individual en Madrid de Carlos Fernández-Pello (Madrid, 1985). Desde el título se plantea un doble juego. Por un lado presenta obra antigua a la manera de una exposición retrospectiva, ironizando sobre el final de la carrera artística siquiera antes de empezarla. Por otro, sugiere acercarse al término desde la idea de una mirada invertida, atávica, que traza una línea de continuidad entre la imaginación humana y la mal llamada materia inerte.

Las diferentes obras presentes se articulan como conjunto expositivo gracias a sendos “apoyos” curatoriales: dos artefactos derivados de la “Struttura per parlare in piedi” (1965-66) de Pistoletto se espejan y delimitan el espacio creando un pliegue que nos deja fuera en la primera sala y nos atrapa en la segunda. Las obras producidas expresamente para la exposición aparecen entonces petrificadas y cosificadas como documento, como fotografías para la página web. La presencia de un ágata camuflándose en pulpo nos remite precisamente al monstruo ctónico, telúrico; una medusa de tierra, un Cthulhu en R’lyeh, que pliega dos extremos de la obra de Roger Caillois que no terminaron de tocarse, las ágatas y los cefalópodos.

Igual que sucede en las imágenes de la serie “Teleplastia” (2012-13), la exposición se vuelve aquí sujeto de si misma. Y en ese volverse crea un hueco, una mancha, un punto ciego o un material nocturno. La doblez produce un cuerpo, un relieve, que escapa al plano de la imagen sólo para volver a ella. La retrospectiva es aquí una quiromancia negativa; un laberinto de gesto sobre gesto que borra el tiempo y favorece la invención de la historia del arte: los mitos referenciales, las carreras de artista y la legitimidad institucional.

Cuando nos rascamos, eliminamos el picor por medio de más sensación; saturamos la imagen de la molestia de si misma. Si atendemos a los estudios recientes sobre la ciencia detrás del rascado veremos que el reflejo de rascarse activa la parte del córtex asociada a la memoria a corto plazo. Sin embargo, aún no hay una respuesta concluyente a por qué saturar de experiencia nos ayuda a olvidar el picor, que es a su vez la manifestación consciente y exagerada del cuerpo imaginando una de sus partes. Una relación análoga a la que mantiene el autor con la práctica artística. Surge entonces una idea de fondo: el arte como una trampa material, vil, imaginándose y borrándose a sí mismo. Masturbándose hasta la asemia.

Carlos Fernández-Pello (Madrid 1985) estudia Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid y ha sido investigador invitado al departamento de Visual Critical Studies de la School of the Art Institute of Chicago. Su obra se ha expuesto en instituciones como The Renaissance Society, Matadero Madrid, La Casa Encendida o el CA2M entre otras.